¿Google como divinidad oracular · Misticismo tecnológico o apocalipsis? Pensamiento en vertical y materia pixelada · Paso de la imagen del real a la imagen virtual y de la imagen virtual a un real virtual · Sistema operativo igual a sistema manual, igual a sistema en red · El arte tecnológico es una prótesis del arte de siempre con un conocimiento nuevo derivado de la cultura internáutica.
«Pensamiento vertical e iconografía googleriana» es una exposición que presenta la obra de los artistas Paco Chanivet (Sevilla, 1984) y Carlos González Boy (Puerto Real, Cádiz, 1983), dos nuevísimas aportaciones del arte derivado del uso tecnológico y las apropiaciones posmodernas. De esta manera la galería cadaqués dos, que se ha caracterizado por presentar el espíritu de las nuevas tendencias en arte, desde el arte concreto y el pop, al arte conceptual y a la primera posmodernidad, arriesga, ahora, presentando un cambio de percepción, de manera, de técnicas y de soporte: el arte informático.
Paco Chavinet fija el ratón a manera de frottagge informalista encima de un fragmento de una imagen fotografiada en una superficie. Si las figuras del real han sido asaltadas por las vanguardias pictóricas buscando en la no forma una belleza inédita, a la serie Scroll, el movimiento queda fijado, como en las pioneras fotografías futuristas. El espectador vive inmerso dentro del río del movimiento. El tiempo de visión se ha visto acelerado tanto por el pensamiento como por la virtualidad. El autor pretende con estas imágenes inaugurar una mirada habitual, afectada irreversiblemente por la tecnología analógica.
A Hiperpoesía 1.0, los poemas escritos por Paco Chavinet han sido traducidos a otras lenguas a través no de la habitual experiencia del autor-lector-traidor subjetivo sino de sistemas de traducción estándares metidos dentro de la red. Así, el autor pretende que aquello que era subjetivo traspasado a objetivo por el Google traductor sea visto por el lector como experiencia de lenguaje alterada. A través de los programas de traducción simultánea, el paso del espacio cultural local por el global y de nuevo al local ha transformado radicalmente la materia y el sentido del código de la comunicación.
Carlos González se dirige a Google como si en la época de los románticos buscara la enigma o en la época de los positivistas el dato. Google vendría a ser el universo externo del lenguaje, donde se encuentran fuentes y conocimientos. Google es también un espacio sin distinción entre el texto y la imagen. Introduce el término «apocalipsis» que le facilita una selección de imágenes. El autor, sin inspiración, se limita a transcribir lo que le es dado y pasa las imágenes fotográficas en imágenes dibujadas a través de un calco con tinta negra. El sistema de copia, arbitrario, nos ofrece la posibilidad de trabajar con técnicas calientes y sensibles una operación fría.
Una de las grandes preocupaciones del arte ha estado la de poder representar en un espacio bidimensional aquello tridimensional e incluso etéreo. En el cruce del espacio y el tiempo se resuelven las problemáticas binarías, finalmente tenemos una mirada frontal. A pesar de que la creación de una cultura en red que asume la tercera y la cuarta dimensión, Carlos González replantea la posibilidad de trasladar el mundo representativo real a virtual. Como si la pared blanca, el cuadrado negro de Malevitx, o el cubo blanco minimalista fueran la primera o detrás de capa de la realidad visual (en el virtual, el Photoshop). Transforma, en definitiva, el espacio expositivo en una Interface gráfica.
¿Estos dos artistas son ángeles caídos o píxeles en elevación, integrados tecnológicos o apocalípticos?
Irene Altaió Carné
