· jaume orejuela ·
5301
portfolio_page-template-default,single,single-portfolio_page,postid-5301,bridge-core-3.3.1,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,paspartu_enabled,paspartu_on_bottom_fixed,qode_grid_1400,hide_top_bar_on_mobile_header,transparent_content,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-30.8.1,qode-theme-bridge,qode_header_in_grid,qode-wpml-enabled,qode-portfolio-single-template-7,wpb-js-composer js-comp-ver-7.9,vc_responsive

back up

jaume orejuela

04.04 – 03.05.2009

Las herramientas de talla se suceden sobre un bloque de piedra Ulldecona, obedeciendo a la mano del escultor. Incrustado en un caballete, el video muestra este proceso de impresión de fuerzas e intenciones sobre la materia. Desfilan desde la radial hasta el cincel con el firme propósito de hacerla desaparecer. Esculpir caminando hacia los mínimos, como trabajo extremo del reducir, ejemplo de quedarse en nada. Estamos ante “Talla II 0.0”, del mallorquín Jaume Orejuela (Pollença, 1981). Puede que cierta curiosidad se cuele en quien mire este trabajo, destapando una antigua pregunta en el arte y en la vida: ¿Del vacío al lleno o del lleno al vacío? Dicen que Miguel Ángel dibujaba hombres y mujeres desde el esqueleto, describiendo sus huesos, después sus músculos y tendones; luego sus órganos y finalmente su piel y sus ropas, dándoles forma; coherencia; e incluso espíritu, como advierte Balzac en “La obra maestra desconocida”. Este libro se mantuvo durante años en la cabecera de Picasso, a quien movió la fascinación por plasmar la multiplicidad de puntos de vista de las figuras aprehendida de los artistas africanos. A los grandes de nuestra literatura les ha impulsado el instinto de expresión a través de palabras rubricadas sobre papel. Todos, escritores; escultores; pintores, han domesticado su afanes creativos haciendo uso de alguna disciplina. Por irreverentes o transgresoras que sean en sus formas, las obras de los artistas —tanto las de ayer como las de hoy— están cifradas en alguna disciplina. Repasando referentes más cercanos en el tiempo, a Francis Alÿs le desafió el tándem: “hacer algo no conduce a nada” y su contraria: “a veces no hacer nada conduce a algo”, dos preguntas que le llevaron a generar sendos proyectos llenos de poesía: “Paradox of praxis” (1997) y “When faith moves mountains” (2002).

 

A Jaume podría haberle motivado la pareja: “Salir de un sitio para ir a ninguna parte”, “salir de ningún sitio para ir a algún lugar”, tanto en “Talla II” 0.0, como en “Caixa”, Discoteca I “Top manta” y “Fill sobre ciutat”. Salir de ningún sitio para ir a ninguna parte, en lo cual podríamos leer una audaz respuesta a la lógica capitalista de producción y consumo, que vive hoy en su máximo esperpento y, para algunos, con mucha esperanza, en el abismo de su decadencia. El revés al mundo hegemónico y a sus lógicas imperialistas, que nos envuelven y constriñen, sino estrangulan. Pasando a una dimensión formal del trabajo es posible y fácil, ver “Talla II 0.0” como atentado contra toda técnica artesanal. Por el contrario, esta pieza supone una investigación en este territorio, pues no rechaza la disciplina, ni trata de renunciar a la artesanía, sino que, situándose en otra, se entrega a cabalgar entre las dos: balanceándose entre la técnica que requiere la escultura y la que precisa la grabación y la postproducción del video: no centrarse en un mismo medio o lenguaje que lo constriña —sino en varios—, a tal de no interrumpir la capacidad de expresión de que el verdadero artista es capaz, no es, sin embargo, algo nuevo. Responde ni más ni menos que al paso del tiempo, a los avances técnicos y teóricos que trae consigo. De alguna manera, no aceptar los cambios en que nos toca vivir supone renunciar a nuestra época. Es sabio apreciar la Historia, conocer las circunstancias y los resultados de tiempos anteriores, pero también tenemos la labor de construirla. El estudio del pasado es necesario, pero no suficiente; es útil, pero no actúa por nosotros. Hoy los artistas quizá pinten, dibujen, esculpan y rubriquen menos, pero diseñan, gravan, post-producen y mecanografían más. No por ello, han renunciado a la técnica, a la disciplina, o a la artesanía, sino que han aceptado el cambio de parámetros que les ha venido dado. Y ésto que a ellos les hace propios de su tiempo, a nosotros, que lo presenciamos, nos enriquece. El trabajo de Jaume posee el poder de suscitar dudas; ese magnetismo que invita a pensar en quien lo mira. Puede que sea porque, como manifestación cultural, tome postura respecto a su momento —en el que todo sistema anterior parece haber entrado en crisis—, porque en cierto modo responda a sus circunstancias, pero sobre todo es por el origen.

 

Su obra surge de conflictos entre el sentir de pertenencia al lugar mientras no se está en él y la caducidad de la memoria mientras avanza el tiempo, habla del papel que en estos juegan la frontera y la transición; como recuerdo u olvido. Líneas, manchas y vacíos que Jaume re-dibuja, delimitando otros horizontes. Ello dota a su trabajo de carácter propio y auténtico, definiendo la unidad de su obra. Los cambios en las formas en que los artistas se manifiestan no han alterado sus competencias: la verdadera labor del artista, que no se conjuga sólo a partir del nivel teórico, sino desde el práctico; desde la más primaria artesanía de la materia con que trabaje, ya sea ésta el lenguaje; la piedra; o las secuencias. Todo gran artista es primero un gran artesano. Un artesano frente a las eternas preguntas sin solución del ser humano, sobre las que no puede resolver, pero si pensar; trabajar; aportar otros puntos de vista. Si pensamos brevemente en uno de los típicos miedos del artista: el del “papel en blanco”, nos damos cuenta de que sólo puede vencerse actuando. Es claro que hay que pensar, pero se ha de actuar. La cuestión de si “del vacío al lleno o del lleno al vacío” no es más que la repetición de una de las dudas que asalta desde siempre al ser humano, junto con otras acerca del destino de la humanidad; de su espiritualidad, o sobre la naturaleza de su existencia. Muchas de las obras antiguas que hoy merecen ser recordadas son producto de quienes, habiéndose planteado esos interrogantes, quisieron expresarse de algún modo que les trascendiese. Así, pensando periódicamente sobre ellas, las mantenemos dentro de nuestro campo de pensamiento. Seguiremos notando esos y otros miedos, porque continuaremos pensando sobre los mismos temas, transitandolos de modo incansable. Lo que cambiaran serán las formas de acercarse a ellos.

¿Qué sería de la Historia sin las visiones plurales y particulares que generan los artistas con su trabajo?

vistas exposición

check list

prensa